lunes, 9 de junio de 2014

LA ESCULTURA

ESCULTURA AMERICANA:


La escultura exenta y los relieves constituyeron una importante manifestación artística de los pueblos americanos. Sobresalieron entre otras civilizaciones la de los olmecas, mayas y toltecas en México y los incas en Perú. Existen dentro de su diversidad unos rasgos comunes en la escultura de estos pueblos, su asociación a la arquitectura en el que las esculturas y los relieves adornan paredes y pilastras, y en su carácter religioso con escenas de dioses, demonios, ritos sagrados o guerreros. En la escultura olmeca resalta el intento de reproducir el rostro humano con gran realismo, en las enormes cabezas de La Venta se aprecian rasgos particulares como la nariz amplia, los ojos oblicuos y la boca con grandes labios. Estas cabezas están todas realizadas en bloques monolíticos y alcanzan más de tres metros de altura. En Tollan-Xicocotitlan se encuentran los gigantescos guerreros de unos cinco metros de altura sobre una base rectangular, con vestiduras de guerra y cascos sobre las cabezas. Los mayas realizaron figuras en jade y mayoritariamente la escultura se encontraba adosada en los templos de Palenque, Tikal y Chichén Itzá, de donde procede una de las más famosas esculturas el Chac Mool. Este tipo de escultura se ha encontrado en varios templos de influencia tolteca[,] La primera civilización del Perú, según los datos arqueológicos revisados por radiocarbono, se remonta hacia 1250 a. C. y es la llamada Chavin de Huántar, donde se ha encontrado lo que tuvo que ser el más grande templo de esta civilización. El exterior del edificio está adornado con esculturas, la mayoría en bajorrelieve, habiéndose encontrado también estelas con grabados de serpientes y cocodrilos. Otra cultura nació en el período entre los años 900 y 1430, el pueblo inca en el sur de Perú, el cual hacia el 1200, fue adquiriendo gran poder hasta la llegada de los españoles en 1532. Hay poca escultura monumental, pero fueron grandes trabajadores con dominio de la metalurgia principalmente en oro, donde incrustaban piedras preciosas[.
 



Los historiadores de arte consideran que la escultura renacentista se inició con el concurso para realizar las puertas del baptisterio (1401) de la ciudad de Florencia, al que se presentaron Filippo Brunelleschi y Lorenzo Ghiberti. La nueva forma artística del renacimiento se inspiraba en la escultura de la antigüedad clásica, buscando una total exaltación de la belleza. La matemática se convirtió en su principal ayuda, con la aplicación en todas las artes de determinados principios y leyes como, por ejemplo, la perspectiva. Surgieron grandes mecenas, como los Médici de Florencia, los papas de Roma, además de cardenales, príncipes y también los gremios. En esta época la escultura prácticamente quedó desligada de la arquitectura y los personajes representados mostraban expresiones llenas de dramatismo, se puede observar en esculturas de Miguel Ángel como, por ejemplo, el David. Durante las diferentes etapas del quattrocento y del cinquecento en Italia se realizaron las mejores obras del renacimiento gracias a la actividad de grandes escultores como Donatello, Jacopo della Quercia, Luca della Robbia, Andrea del Verrocchio y Miguel Ángel, el gran artista representativo.[ ]En el resto de Europa fue incorporándose el nuevo estilo un poco más tarde y por influencia directa de Italia y sus escultores. Muchos de ellos viajaron a otros países: Andrea Sansovino lo hizo a Portugal y Pietro Torrigiano a Inglaterra, este artista fue más tarde a España, donde también trabajaron Domenico Fancelli y Jacopo Florentino junto con los escultores de origen francés, Felipe Bigarny y Juan de Juni. Cabe destacar los trabajos de Bartolomé Ordóñez en Barcelona, en el trascoro de la catedral de la ciudad, y de Alonso Berruguete en Castilla. En los Países Bajos, Conrad Meit fue un especialista de retratos y Jacques du Broeuq realizó numerosas obras y fue el maestro de Giambologna que desarrollaría su obra en Italia. En Francia se realizaron esculturas con gran influencia italiana, así, a Piere Puget era considerado como el «Bernini francés».[ ]Uno de los temas más habituales fueron los monumentos sepulcrales, donde la figura del yacente era tratada con un gran realismo; por ejemplo, el Memorial de René Chalon de Ligier Richier.
Giambologna es el que presenta en su escultura, como El rapto de las sabinas , el estilo del manierismo. A finales del cinquecento, los escultores trataron las figuras alargando sus proporciones y mostrando unos posados artificiales y opuestos —mujer y hombre, vejez y juventud, belleza y fealdad—, y con la sinuosidad de unas formas en (serpentinata), una especie de movimiento de rotación de las figuras y los grupos escultóricos.El Concilio de Trento (1545 - 1563) marcó una nueva orientación en las imágenes religiosas; Gian Lorenzo Bernini —autor de David, Apolo y Dafne y Éxtasis de Santa Teresa—, fue el escultor que más influyó en el escultura barroca, donde se buscabann efectos emotivos y dramáticos. En Francia destaca la obra de Simon Guillain y de Jacques Sarazin haciendo retratos de la nobleza, la tumba del cardenal Richelieu realizada por François Girardon y las esculturas del jardín del Palacio de Versalles de Pierre Puget .En este periodo, la producción de escultura religiosa en España es sorprendente, con esculturas para interiores de iglesia, fachadas, devociones particulares, y para las procesiones de Semana Santa; surgieron dos grandes escuelas: la castellana y la andaluza. Entre los escultores se pueden destacar a Gregorio Fernández, Juan Martínez Montañés, Francisco Salzillo, Pedro de Mena y Alonso Cano.
A mediados del siglo XVIII, las orientaciones de Winckelmann «de alimentar el buen gusto en las fuentes directas y tomar ejemplo de las obras de los griegos», hizo que muchos artistas se dedicaran a copiar en lugar de imitar; llegaba el neoclasicismo. La obra de Jean-Antoine Houdon, originalmente barroca, adoptó un carácter sereno y un verismo sin detalles anecdóticos, en un proceso para conseguir la belleza ideal de la antigüedad clásica; retrató muchos personajes del momento, como Napoleón, Jean de la Fontaine, Voltaire, George Washington. Pero el escultor más conocido e innovador fue el italiano Antonio Canova, un autor muy versátil, a caballo entre el barroco, el rococó y el neoclasicismo. Por su parte, la producción de Bertel Thorvaldsen siguió la línea más ortodoxa del neoclasicismo, con una expresión más fría y estática.[] En Cataluña, se destacó Damià Campeny, que viajó a Italia i recibió la influencia de Canova, igual que el andaluz José Álvarez Cubero
 
fuentes de consulta:
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