MIGUEL DE
SANTIAGO
BIOGRAFÍA:
Nacido en el barrio de Santa Bárbara,
Santiago era nieto de indios, hijo de Lucas Vizuete y Juana Ruiz, mestizos,
quienes lo bautizaron con el nombre de Miguel Vizuete. Queda huérfano de padre
en temprana edad, luego es adoptado por Hernando de Santiago, quién fue Regidor
y Fiel Ejecutor del Cabildo de Riobamba y de quien tomó el apellido.
No se conocen mayores detalles de su niñez
y juventud, ignorándose con certeza sus maestros de arte. Aunque se dice que
fue alumno de Hernando de la Cruz y de uno de sus discípulos, un indio
franciscano de nombre Domingo. En sus primeros años trabajó también con Sánchez
Galique, el autor del cuadro de los “Negros de Esmeraldas”.
A los 20 años abrió su propio taller y se
casó con Andrea de Cisneros y Alvarado, emparentada con Mariana de Jesús,
primera santa ecuatoriana. Tuvo cuatro hijos, de los que solo sobrevivieron dos
mujeres: Juana e Isabel de Santiago, quien siguió los pasos de su padre y se
convirtió en una de las pocas pintoras de profesión en la ciudad.
Murió el 5 de enero de 1706, en la ciudad
de Quito. Fue velado en su casa y enterrado en una capilla de la Iglesia de San
Agustín, a la que tantos aportes habían hecho a lo largo de su vida.
OBRA:
Su primer trabajo fue ordenado por el padre
Basilio de Rivera, del convento de San Agustín, quien le encargó una serie de
14 cuadros sobre la vida del santo Obispo de Hipona. Esta colección,
considerada una de las más importantes de la época, fue inspirada en unos
grabados de Schelte Bolswet (1624) que
acababan de llegar de Europa. Cada Cuadro está trabajado con figuras centrales
que resaltan la composición, formada de estructuras arquitectónicas, paisajes y
distancias atmosféricas.3 Tras este trabajo, Miguel de Santiago se convirtió en
uno de los favoritos de los agustinos, y le valió fama también entre las
familias más acaudalados de la época.
Por la misma época inició una serie de
pinturas para el convento de La Merced, ordenados por fray Antonio de Onramuño,
y a los que tituló "La doctrina cristiana". Pinto la sacristía de la
iglesia de Guápulo, donde dejó plasmados con gran realismo los paisajes andinos
de la Audiencia de Quito.
Su fama llegó a la capital virreinal,
Bogotá, y allí conoció al pintor Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, a quien
le obsequió el cuadro "El Alabado" que hoy se exhibe en la iglesia
bogotana de San Francisco. Según los cronistas Jorge Juan y Antonio de Ulloa,
en su obra Noticias Secretas de América, varios lienzos de Miguel de Santiago
fueron llevado a Europa, donde tenían gran acogida, sobre todo en la ciudad de
Roma.
La técnica de trabajo de Santiago, según
Juan y Ulloa, está hábilmente resumida también en su obra bajo la siguiente
línea:
«el colorido de su obra es sobrio, usa
tintes vegetales que él mismo mezcla, predominando los tonos grises, sombríos y
el claroscuro»
fuentes de consulta:
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